Vainas de vainilla TAHITÍ
Origen Polinesia francesa Especies botánicasSeleccione el peso y la talla del producto que desee y, a continuación, haga clic en pedir para conocer el precio.
PidaLas vainas de vainilla de Tahití tienen cuerpo, son raras y desprenden aromas florales y anisados para realzar tu pastelería.
Vainas de vainilla de Tahití, vainilla x Tahitensis 100%.
Las vainas de vainilla son la forma más cruda de vainilla utilizada en la cocina. Por ello, este material natural es muy aromático. La vainilla x Tahitensis ofrece una singular gama de aromas, como notas florales y anisadas, almendra y haba tonka. Sin embargo, la vainilla de Tahití representa menos del 1% de la producción mundial de vainilla: ¡una deliciosa rareza! Una joya para disfrutar tanto en recetas dulces como saladas.
En primer lugar, las vainas de vainilla de Tahití NOROHY son ideales para cocinar. Este noble ingrediente aromatiza de forma natural los platos dulces y salados. Las vainas de vainilla son perfectas para hornear, hacer chocolates caseros y helados DIY. Las vainas se pueden utilizar varias veces. En primer lugar, raspando los granos y, en segundo lugar, infusionando la vaina. Es posible un segundo uso lavando y secando las vainas. También puedes añadirlas a tu tarro de azúcar para hacer tu propio azúcar de vainilla.
NOROHY recomienda utilizar de una a dos vainas de vainilla de Tahití por kilo de preparación, en función de la intensidad aromática deseada. Tanto si se utilizan en infusión como en maceración, estas vainas aportan sorprendentes notas florales y anisadas a tus recetas.
Para conservar el perfil aromático de tus vainas de vainilla de Tahití, asegúrate de que se mantengan flexibles y brillantes. Para ello, nada mejor que guardarlas al vacío. Alternativamente, guarda tus vainas en un tubo de cristal de las dimensiones más pequeñas posibles. Al minimizar el contacto con el aire, evitarás que las vainas se sequen. Recuerda enroscar bien la tapa y evitar el uso de tapones de corcho.
La historia de la vainilla de Tahití comenzó en 1848. El almirante Hamelin plantó algunas plantas de Vainilla Aromática, seguido en 1850 por el almirante Bonnard, que introdujo plantas de Vainilla Fragrans. Las dos variedades se cruzaron para convertirse en Vainilla x Tahitensis. El cultivo de esta orquídea no empezó hasta 1880 en algunas islas de la Polinesia Francesa. La Vainilla x Tahitensis tiene el tallo y las hojas más finos que las otras variedades más conocidas. La particularidad de esta vainilla es que el fruto no se parte cuando madura. Se dice que es indehiscente, lo que significa que puede recolectarse en plena madurez, cuando sus aromas están más desarrollados.
Las vainas de vainilla de Tahití NOROHY son cultivadas en la isla de Tahaa por casi 200 pequeños plantadores. A continuación, nuestro socio transformador las procesa en la isla de Raiatea. La vainilla de Tahití tiene un bouquet aromático de más de 200 moléculas. Sus vainas, muy aromáticas, revelan notas anisadas y florales. Los paladares más exigentes también detectarán un toque de almendra, haba tonka y balsámico.
En la Polinesia Francesa hay 14 cultivares diferentes de vainilla. NOROHY ha querido ofrecerte dos diferentes. Para ayudarte a descubrir esta sutil vainilla, NOROHY te ofrece los dos principales cultivares tahitianos:
- La variedad “Tahití”: vainas pequeñas y carnosas, muy aromáticas con notas florales y anisadas;
- La variedad “Haapape”: vainas más largas, gordas y carnosas, con notas ligeramente achocolatadas.
Mientras que la vainilla de Madagascar es famosa por su alto contenido en vainillina, la vainilla x Tahitensis es conocida por sus notas florales y anisadas. Varía tus sabores añadiendo vainilla de Tahití a tus postres y helados. Sorprende a tus invitados con estas vainas carnosas y brillantes. Por último, prueba una sorprendente combinación de vainilla de Tahití y platos salados como marisco o crustáceos.
La vaina de vainilla de Tahití es un ingrediente poco común. De hecho, esta variedad no representa más del 1% de la producción mundial de vainilla. El cultivo de la vainilla de Tahití requiere pericia y paciencia. Cada flor se poliniza a mano. Las vainas se recogen 10 meses después, cuando están completamente maduras. Una vez que se han vuelto marrones, se secan alternando sol y sombra durante varias semanas. De este modo, adquieren gradualmente su aspecto final flexible y brillante. Por último, la maduración permite que se desarrollen los aromas secundarios y garantiza que las vainas se conserven bien.
"Cuando tienes un producto tan hermoso como la vainilla, es importante darle la importancia que se merece. En cuanto a los aromas, el equilibrio ya está ahí. Así que prefiero no combinarla con otros aromas para dejar que se exprese mejor.
Pascal HAINIGUE