Recolección de la vainilla de Tahití
Las flores de vainilla se polinizan a mano una a una y se secan gradualmente. Sus tallos crecen gradualmente hasta formar una vaina de vainilla. La vaina tarda tres meses en alcanzar su tamaño definitivo. La vaina tarda otros 6 largos meses en alcanzar la madurez. Por tanto, de nueve a diez meses separan la flor de la vaina madura para la variedad Tahití, y hasta 11 meses para la vainilla Haapape…
Al principio, la vaina es de un verde claro brillante, que se intensifica y madura. Poco a poco adquiere un color chocolate. Cuando el color ha cambiado por completo, es hora de recolectar.
Los recolectores actúan con delicadeza y firmeza. Hay que aprender el arte de recolectar la vainilla de Tahití: un gesto demasiado brusco arruinaría los esfuerzos del vanicultor. Para cosechar correctamente la vainilla de Tahití, el plantador utiliza un movimiento rápido y firme para separar la vaina de la planta. El tallo de la vaina de vainilla no debe dañarse durante la recolección de la vainilla de Tahití. Si no es así, el procesador tendrá que rebajar la vaina.
La cosecha de vainilla de Tahití dura unos 6 meses. La comisión de control de la vainilla madura elabora un estricto calendario de recolección para regular la cosecha. Este calendario tiene en cuenta las fases de la luna y prevé una cosecha cada 7 días aproximadamente para cada sector geográfico.
Tras la recolección, el plantador lleva las vainas al mercado especializado. Allí se examinan visual y olfativamente, y se pesan. El objetivo es validar su calidad. Una vaina de vainilla tahitiana puede pesar hasta 13 g, mientras que la haapape puede pesar entre 19 y 20 g.
A continuación, los lotes se venden en subasta a los procesadores de vainilla. Ahí acaba el trabajo del cultivador de vainilla… y empieza el del procesador de vainilla. En Tahití, cada preparador posee un certificado específico que valida sus competencias. De hecho, se trata de dos profesiones muy distintas que requieren competencias diferentes y complementarias. Estas competencias son esenciales para la producción de la vainilla de Tahití o vainilla x Tahitensis.
Recoger vainas de vainilla en Tahití es mucho más que una simple cosecha, es también una preciosa herencia. Cada paso, impregnado de tradición, contribuye a la excepcional calidad de esta apreciada especia. Desde la flor hasta la vaina madura, cada etapa requiere cuidado y respeto, garantizando la pureza y el sabor incomparables de la vainilla de Tahití. Desde el productor hasta el transformador, todos desempeñan un papel esencial en este proceso, dando vida a esta especia excepcional.
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