Utilizar una vaina de vainilla
Para partir correctamente una vaina de vainilla, sujétala por el mango y pártela longitudinalmente con un cuchillo afilado y puntiagudo. A continuación, raspa el interior de la vaina para extraer las semillas de vainilla. Ten cuidado de no pelar la vaina para que sólo se extraigan las semillas. Las vainas de vainilla de Madagascar son más finas, pero las de Tahití son más húmedas y carnosas.
Añade la vaina partida y raspada al líquido para infusionar. Al mismo tiempo, puedes preparar una segunda receta utilizando las vainas de vainilla retiradas. Para una infusión fría, deja macerar la vaina durante 24 horas, filmando la cazuela para conservar los aromas. Para una infusión caliente, calienta el líquido (nata, leche, etc.) a 80°C durante 4 minutos. Una temperatura más alta podría alterar algunas de las moléculas aromáticas. Tápalo y déjalo reposar 20 minutos, fuera del fuego. Recuerda retirar la película que se forma sobre la leche y filtrar la mezcla. ¡Ya está listo!
Añade la(s) vaina(s) partida(s) y raspada(s) al líquido para infusionar. Al mismo tiempo, puedes preparar una segunda receta utilizando las vainas de vainilla natural extraídas. Para una infusión fría, deja macerar las vainas durante 24 horas, filmando la olla para conservar los aromas. Para una infusión caliente, calienta el líquido (nata, leche, etc.) a 80°C durante 4 minutos. Una temperatura más alta podría alterar algunas de las moléculas aromáticas. Tápalo y déjalo reposar 20 minutos, fuera del fuego. Recuerda retirar la película que se forma sobre la leche y filtrar la mezcla. ¡Ya está listo!
Utilizar correctamente una vaina de vainilla significa extraer todos sus aromas y aprovechar cada parte de la especia. Así que, como primer uso, hemos visto cómo partir, raspar e infusionar una vaina de vainilla. Algunos pasteleros reservan las semillas para un uso específico y la vaina para otro, infusionando las dos por separado en distintas preparaciones. De este modo, puedes disfrutar de dos usos para la vaina. Sin embargo, tras la infusión, ¡todavía son posibles otros usos! Así que no tires tus vainas de vainilla infusionadas. Acuérdate de lavarlas y secarlas.
Luego puedes añadirlas a un tarro de azúcar para aromatizarlo. Otra alternativa es molerlas en polvo para espolvorearlas sobre tus creaciones y decorarlas con un toque de vainilla. De este modo, puedes hacer tu propia vainilla en polvo con notas amaderadas. Para obtener un sabor más intenso, NOROHY ha optado por moler muy finamente las vainas enteras con la pulpa. Más información sobre nuestra vainilla en polvo ecológica para profesionales y consumidores. Por último, ¡también puedes añadir vainas secas y partidas al alcohol (ginebra, ron, etc.) para aromatizar tus próximas preparaciones!